Por Sofía Zavala
La Flor de Barracas fue nombrada sitio histórico por la Legislatura porteña |
“Ha sido
sitio de reunión de los carreros que iban o venían del Sur, su primer nombre “La Puñalada ” recordaba la
gran cantidad de duelos criollos. Memorables payadas se han producido entre sus
paredes y, ya en el siglo XX, formó parte del circuito de reductos donde las
primeras orquestas típicas habían tocado tango. El registro municipal data de
1912, pero los vecinos sostienen que es anterior a la Escuela Normal N°
5, que cumplió cien años”, se lee en la ley sancionada el jueves pasado en la Legislatura porteña
que declaró a La Flor de Barracas como sitio histórico
Este reconocido
lugar de encuentro entre los vecinos del sur de la ciudad queda situado en
Suárez y Arcamendia. Una esquina con mucha mística, y que estuvo a punto de
quedar en el olvido en 2009. El bar estaba cerrado, el edificio muy deteriorado
y el cartel de venta hacía que los vecinos piensen lo peor: la demolición del
bar histórico. Pero La Flor
renació, y de la mejor manera.
El bar antes de ser recuperado |
Victoria Oyhanarte
cuenta que casi no conocía Barracas pero que “el barrio la enamoró”. Cuando
compró el edificio ni pensó en el bar, ella buscaba hacer una inversión. Pero
Oyhanarte, al adentrarse en el barrio, se dio cuenta que La Flor era fundamental en la
dinámica de Barracas. Y ahí se dio cuenta que no se le podía sacar a la gente,
y a la ciudad, un lugar tan especial.
Los ñoquis de sémola rellenos |
“Cuando lo compré
no quise cerrarlo y dejar a sus parroquianos sin su cafetín, y hasta la antigua
dueña me agradeció que siguiera adelante; pero es una gran responsabilidad
también”, cuenta Victoria. Una responsabilidad que la sabe llevar muy bien. Como
no podía ser de otra manera, su oferta gastronómica es bien porteña. Los ñoquis
rellenos son su especialidad.
Así, La Flor brilla como lo solía
hacer antes. Conserva su piso de baldosas calcáreas original. También sobrevive
la barra de madera, con cientos de botellas de licores, infaltable en un tradicional
cafetín. La energía abunda en La Flor de Barracas que permanece abierta de lunes a sábados,
una energía bien porteña y singular.
La Flor de Barracas, en la esquina de Suárez y Arcamendia |
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